Por: Carmen Catala
Foto- Carlos R Ferrer Silva
Y te esperé
con el vaivén de las olas sentada en la playa
Y miraba como la arena se tragaba la espuma del champagne salúbre que allí desbordaba
Y me dejé arrullar
melodiosamente por una
sirena... pero no llegabas.
Y esperé esperando
lo que ya lloraba.
Y entre cocoteros dispuse una hamaca para así arrullarte cuando regresaras
Y me quedé llorando por lo que esperaba, sabiendo que a la orilla ya no vendría nada.
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