¿Para qué vamos a la funeraria?

HOLA MUNDO. Hoy mi esposo y yo fuimos a la funeraria a despedir a un buen vecino nuestro. Cuánta amargura sintió mi corazón al ver que la capilla estaba repleta pero muy pocos asistieron a acompañar a unos dolorosos padres en su pena. La mayoría estaba textiando, hablando por el móvil ó simplemente conversando con el de al lado en el momento en que un sacerdote anglosajón oraba en español. De momento el sacerdote observó a los presentes y dijo: Ningúno de los aquí presente rebasará esto llamado muerte. No tengan pena por el. Ya Alex no sufre. El se fué y atravesará su calvario y ajustará sus cuentas delante de Dios. Pero sí deben tener pena por ustedes mismos que vienen aquí como si esto fuera un acto social, a reunirse con esos amigos y familiares que hace tiempo no ven para ponerse al día en las cosas que han hecho con sus vidas. Tengan pena de ustedes que siguen aquí, atados y sufriendo. En ese momento hubo un silencio en la sala. El sacerdote pidió que nos pusieramos de pié y nos bendijo en el nombre del Señor, luego habló con los padres y la hija de nuestro vecino y se marchó. Yo miraba hacia el ataúd. Me acerqué y toqué el cuerpo de mi vecino. Estaba frío, tan frío o más frío que la noche. Se me hacía un tanto difícil ver a mi vecino ahí acostado. Hace dos semanas me ayudó a abrir la puerta del edificio y me saludó con mucho entusiasmo, como siempre solía hacer. El Viernes pasado fué al médico y el Sábado murió, a los 47 años, diagnóstico; cancer de colon. Miré a mi alrededor y todos conversaban entre sí y él, acostado en su ataúd y yo mirándolo y pensando ¿A qué viene la gente a una funeraria? No somos nada y al igual que Alex, muy pronto estaremos uno a uno en un ataúd. Sólo espero que podamos aprender a respetar y a comportarnos en caso que no sea el propio cuando nos toque asistir. Tomamos la vida tan en serio, nos atacamos tanto los unos a los otros, comparamos nuestras propiedades y no queremos reconocer y/o aceptar que TODOS terminamos de la misma manera, MUERTOS y que no nos llevamos nada. Pásenla bien